La mujer se metió al mar con Valentin, el mayor, y Milana atados a ella. Su objetivo era matarlos y matarse, pero los lugareños la rescataron al escuchar los gritos de las víctimas. Ella sobrevivió, sus hijos no. La bebé murió ahogada en el agua mientras que el niño perdió la vida camino al hospital.

De acuerdo con familiares y vecinos de la familia, la vida de Ekaterina se había desmoronado tras descubrir que el padre de su hija más pequeña ya estaba casado con otra mujer de su tierra natal, Uzbekistán. Según se dice, el hombre pretendía un matrimonio polígamo.

Pero la residente de Vilyuchinsk, en el extremo este de Rusia, no pidió ayuda pues su depresión era tan grande que optó por terminar con el dolor de la peor manera. El resultado de su cruel acto fue la vida de dos menores de edad y una carriola estacionada frente a la playa.

De ser declarada culpable de asesinato, Ekaterina Khavchina podría enfrentarse a una pena de hasta 20 años en prisión. Además, tendrá que recibir asistencia médica de un psiquiatra y terapeuta que la ayuden a superar la depresión y dimensionar la gravedad del acto. Por su parte, las autoridades consideran necesario que cuando la madre esté consiente mentalmente, se haga responsable del hecho asumiendo un castigo.

(Con Información de sdpnoticias.com)