MéridaPortada

Se reanudan las actividades en la zona arqueológica de Chichén Itzá 

Tinum, Yucatán, 22 de septiembre de 2020.- Luego de permanecer cerrada durante seis meses como medida de prevención ante de la pandemia por el Coronavirus, la zona arqueológica de Chichen Itzá abre de nueva cuenta sus puertas con todas las medidas de higiene y protocolos sanitarios para proteger la salud de los visitantes, quienes llegan hasta este sitio cautivados por las imponentes edificaciones y riqueza cultural heredada de la antigua civilización maya.

 

Como parte del Acuerdo Económico para la Reapertura Segura de Yucatán, desde las 8 de la mañana, hora en que comenzó el acceso, se formaron filas en las taquillas para adquirir los boletos de entrada para que los turistas pudieran ingresar y recorrieran esta ciudad prehispánica, bajo todas las medidas sanitarias apropiadas.

 

En ese sentido, con el objetivo de proteger la salud y otorgar seguridad y evitar contagios entre quienes visitan este lugar, se instaló tecnología de punta que mide la temperatura corporal a través de una moderna cámara termográfica con detección de temperatura corporal la cual despliega la medición en un monitor.

 

En caso de que algún visitante presente una temperatura corporal mayor a 37 grados centígrados, se retira de la fila de acceso para realizar otra medición a través de un termómetro láser y posteriormente se le realiza la lectura por segunda ocasión con la cámara termográfica

 

Asimismo, en caso de que el visitante no pase estos filtros y si la calentura persiste, no se le permitirá la entrada y se le invitará a pasar al consultorio médico del lugar para ser atendido por un paramédico y, en caso de ser un probable caso de Coronavirus, se le exhortará a retirarse a su hotel u hogar para aislarse y así evitar posibles contagios.

 

Bajo estos parámetros, la primera visitante en acceder a este importante sitio arqueológico que en 2019 recibió a más de 2 y medio millones de personas, fue la ciudadana norteamericana Jennifer Pattie quien junto a su esposo e hija de 16 años de edad acudieron a este lugar para admirar el esplendor de este antiguo sitio.

 

“Creo que es increíble que hayan abierto de nuevo para todos podamos visitar. Nosotros venimos hace veinte años por primera vez y ahora esta es la segunda ocasión traemos a nuestra hija para que vea por esta maravilla del mundo”, expresó la originaria de Texas, Estados Unidos.

 

Para Pattie, las medidas de seguridad son necesarias ya que, con ellas, se podrá continuar con la reapertura segura de este lugar, el cual tendrá un aforo de 3,000 personas por día.

 

“Es necesario que todos los que venimos a este lugar cumplamos con las medidas de higiene necesaria y estemos seguros. Prefiero pasar por estos filtros y protegernos, así que no me molesta”, aseveró Pattie.

 

En ese marco, el director del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del Estado de Yucatán (CULTUR) Mauricio Díaz Montalvo, aseguró que tanto las autoridades estatales como federales realizaron todas las gestiones necesarias para reactivar las actividades en este importante sitio prehispánico cumpliendo con todos los protocolos de salud sugeridos.

 

“Es muy importante que Chichén Itzá esté abierto no solo por el aspecto cultural sino también en el aspecto económico. Estamos listos para recibir a todos los turistas, con todas las medidas sanitarias necesarias para que poco a poco se recupere la afluencia a este lugar”, aseguró Díaz Montalvo.

 

El titular de Cultur detalló que, todas las acciones que se realizan en este lugar son parte del Acuerdo Económico para la Reapertura Segura del Estado, “y gracias al apoyo del Gobernador Mauricio Vila Dosal, quien estuvo al pendiente de todas las gestiones con autoridades federales, logramos llegar a este día que marca la reapertura de este importante sitio arqueológico”.

 

Las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informaron que para agilizar la circulación de las personas al interior de complejo arqueológico, se sugiere realizar un recorrido que inicie en la zona de juego de pelota, seguido por las plataformas, cenote, regresar a la plaza principal, visitar el observatorio y por último visitar la pirámide principal para luego salir.

Respecto a la asistencia de grupos, se informó que únicamente se permitirán grupos de 10 personas, incluido el guía turístico, con el fin de evitar mayores aglomeraciones.

 

El horario de entrada a este complejo de ruinas es de 8 de la mañana a 5 de la tarde y el ultimo acceso será a las 4 de la tarde para permitir tiempo suficiente para un último recorrido.

 

Para acceder a este sitio, es obligatorio el uso de cubrebocas, el mantener la sana distancia, así como la aplicación de gel antibacterial para realizar el recorrido que, durante la reapertura, será de un máximo de 2 horas por persona o grupo.

 

La entrada a este lugar está establecida por las escalinatas ubicadas a un costado del estacionamiento donde se colocaron tapetes con líquido sanitizante, en cuatro carriles o filas. Para evitar aglomeraciones, la salida del lugar está habilitada a un costado, por el mercado de artesanías.

 

Para conmemorar la reapertura de uno de los sitios arqueológicos más importante del país, se realizó una ceremonia en la que las autoridades presentes realizaron un reconocimiento póstumo para todos aquellos que han perdido la vida a causa de la pandemia, por lo que se guardó un minuto de silencio en su honor.

 

Luego de ello, el director de esta zona arqueológica Marco Antonio Santos Ramírez, y el director de Cultur, Mauricio Díaz Montalvo, encabezaron el acto de reanudación de actividades en compañía de representantes de la Guardia Nacional y de artesanos locales. La banda de guerra del 20 Regimiento de Caballería Motorizada adscrita a la 32 Zona Militar estuvo presente y participó en el evento.

 

A la par de la apertura de la antigua ciudad de los Itzaes, este día también reanudó sus actividades con ingreso al público la zona arqueológica de Dzibilchaltún, ubicada a pocos kilómetros de Mérida, otro de los asentamientos mayas prehispánicos que atraen la atención de miles de visitantes cada año.