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Joven se arroja de un uber para salvar su vida

Katsuko Nakamura es una joven mexicana que siempre ha estado consciente de la violencia contra las mujeres que se ejerce en el país, pero nunca imaginó que un día sería víctima de un crimen.

Eran las 10 de la noche del 26 de noviembre cuando Nakamura salió de trabajar. No quiso arriesgarse a caminar sola hacia el Metro en calles poco alumbradas. Al conocer la situación de inseguridad en México, le pareció peligroso tomar esa ruta, así que decidió pedir un Uber. Creyó que de esta manera llegaría segura a su casa.

Pero no dejó de preocuparse. También había escuchado de casos de secuestro en medios de transporte por aplicación, así que tomó todas las medidas de precaución que conocía “Al subirme a la unidad corroboré que la foto coincidiera con el chofer, me senté atrás del conductor (porque así es más difícil que cualquier tipo me ataque), revisé la puerta no estuviera bloqueada…”, escribió la joven en Facebook.

Todo parecía en orden, hasta que se dio cuenta de que las ventanillas del auto no podían bajar. Esta señal la puso alerta y miró de manera más detallada su alrededor. Se percató de que el conductor tenía puestos guantes de piel, lo que le pareció extraño. “Una de las primeras frases que me dijo fue: ¿Ya a descansar? A lo que contesté casi sin ganas que sí, ¿Siempre sales tan tarde? Le dije NO firmemente. Me preguntó ¿Por qué tan solita? Y él mismo respondió: Ya no vas a estarlo (sic)”, contó Katsuko Nakamura.

Fue entonces cuando el hombre cambió sus guantes por unos de látex. Sin avisar cambió la ruta que tenía como destino la casa de la joven. Debería haber tomado Churubusco para dirigirse a Eje Central, pero en su lugar, siguió a toda velocidad por esa avenida en la alcaldía Coyoacán. Nakamura entendió lo que pasaba: la estaban secuestrando. Llamó a su novio para pedir auxilio, mientras le exigía a gritos al conductor que la bajara, pero la ignoró.

Ella estaba lista para lanzarse del auto. A pesar de que corría el riesgo de ser atropellada por otros vehículos, o de sufrir graves heridas por la caída, se encontraba dispuesta a hacerlo para no ser raptada. “Si no podía escapar planeaba quitar el respaldo del auto para usarlo como arma. A pesar del miedo no me paralicé. Fue entonces cuando un coche se atravesó y el conductor dio un frenón, ahí fue cuando vi la oportunidad de saltar, sin pensarlo comencé a correr entra calles para encontrar gente y estar a salvo”, comentó.

Después del suceso se dirigió a su casa en donde, asustada y enojada, le contó a su familia lo que había pasado. Ella y su hermano decidieron contar lo que había pasado en redes sociales para alertar a mujeres que podrían sufrir la misma situación.

 

(Con información de infobae.com)