A través de sus redes sociales, Carlos un joven del municipio de Oxkutzcab escribió un mensaje para hacer reflexionar a la sociedad.
“Soy un joven de 20 años, mi nombre es Carlos, nací mal de la vista, vivo en el municipio de Maní, antes de la pandemia estudiaba en el Centro de Atención Múltiple de Oxkutzcab (CAM), sitio donde además tomaba cursos de manualidades, en especial hacía pulseras y llaveros, hoy no he podido continuar con la preparación.
En la vida cualquier aprendizaje siempre será útil y yo me siento muy especial el poder hablar el lenguaje de mis ancestros mayas, aprendí gracias a mi abuelita materna, recuerdo que a mis seis años me enseñaba cada cosa en el lenguaje tradicional de la familia.
En casa todos hablan en maya, en español muy poco, se me hizo menos complicado de aprender, a veces mi pronunciación no se entendía, poco a poco fui mejorando.
Lo más difícil es darle el acento que hace único este idioma, comprender los significados a veces confunde, hay cosas que se pronuncian de manera parecida más no significan lo mismo.
Algunas personas pueden entenderlo, lo complejo es hablarlo, en mi caso siento bien padrísimo tener ambos conocimientos, escribir es otra ocupación, soy una persona carente de vista y por el momento no escribo en maya, de todas maneras, lo hablo con orgullo y espero algún día ser hasta un guía o traductor, bueno realmente esto un regalo que seguro me servirá de mucho el día menos pensado.
En ocasiones mis amigos me preguntan cómo se dice tal frase, objeto, partes del cuerpo; me hace ser interesante poder orientarlos, todo lo que sé lo trato de compartir y pese a mi condición quisiera saber cada vez más cosas.
Estoy ansioso por continuar estudiando, me gustaría obtener la secundaria por línea y en un futuro dedicarme a alguna carrera universitaria que tenga que ver con tecnología, ando interesado en el tema de celulares, sus sistemas y todo lo relacionado con los lectores de pantalla para personas con discapacidad visual, que beneficie a personas con cierto padecimiento.
Mi problema visual fue de nacimiento, tengo ceguera total mis corneas y retinas son el problema, desde que cumplí dos años he pasado por estudios, cirugías y tratamientos, el caso es que no hay remedio.
Mi vida siempre gira en un mundo de retos, me ensenaban las cosas sin conocer, solo las palpaba, mis pasos fueron inseguros, creo que tardé en acoplarme, muchas veces me caí, a los 12 años entendí que hay cosas que no podré hacer, es desesperante.
Viví una etapa que no sabía qué hacer, iba a la primaria, pero no me gustó el trato de mis compañeros, me pateaban el bastón y decidí salirme.
Tuve traumas, me daba pena y miedo andar con el bastón, luego llegué al Centro de Atención Múltiple donde encontré a personas con mis condiciones, poco a poco me fui preparando, a veces uno cree que la situación de un invidente es acoplarse a la obscuridad de por vida, puede que así sea, solo que la misma sociedad nos limita con sus burlas, bromas y ofensas.
Es momento de tomar conciencia del trato que recibimos, ustedes que pueden ver lo más fácil es que nos ayuden, inclúyanos en su entorno y por favor que nos tengan paciencia”.